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Este Blog va dedicado a todos los amantes de la Arqueología y Castellología alicantinas, y en especial a todos los alicantinos, para que aprecien y disfruten de nuestro Patrimonio Histórico y Cultural, que es mucho.

En él no sólo podrán ver los castillos, fortalezas y torres propiamente dichos, sino que nuestro catálogo de Castillos de Alicante incluye todas las fortificaciones de carácter militar y/o defensivo, a través de la Historia de Alicante, desde la Prehistoria hasta nuestros días.

Si es de vuestro agrado, nos sentimos contentos y nuestro trabajo no habrá sido en vano.

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Ximo G. Rico. Presidente Asociación "Amigos del Castillo de Elda"

Elda, Septiembre de 2.013

domingo, 17 de noviembre de 2013

Castillo de Benirrama (Vall de Gallinera) CA-048



Localización: El Castillo de Benirrama, conocido también como Castillo de Gallinera, se encuentra situado en la localidad de Benirrama, situada en el Vall de Gallinera, perteneciente a la comarca alicantina de la Marina Alta.

Localización en Google Maps

Vista del Castillo de Benirrama en Google

 Su ubicación exacta se encuentra en una atalaya rocosa en la ladera de la sierra de La Aforadá, en una ligera meseta meseta defendida por dos barrancos, cerrando el valle de Gallinera por oriente, a la vez que controla el paso hacia Pego. Es necesario subir hasta él a pie por una senda que existe al efecto, siendo bastante penosa la subida, aunque está casi totalmente señalizada mediante un sendero de pequeño recorrido, el  PRCV-058.



Plano de la ruta PRCV-58 al castillo

Sendero de subida al Castillo de Benirrama

 Para ello cogeremos este sendero en la localidad de Benirrama, justo al lado de la Casa del Médico de este pueblo. Este sendero lleva al Alto de Miserat, donde hay una antena de TV. Antes de llegar, el sendero se desvía hacia el Castillo, por lo que tomaremos éste para llegar hasta él.

Alto de Miserat

Localización en el mapa topográfico

Historia:


Panorámica del Castillo de Benirrama

  La historia de la Vall de Gallinera viene dictada por la existencia de los castillos de Benisili y Benirrama, pues si el primero corta el paso hacia el Comtat, el de Benirrama lo hace hacia el valle de Pego, por la parte oriental.


 La primera noticia documental data del año 1.245, con la firma del Tratado de Pouet. En él, Al-Azraq se compromete a ceder al rey cristiano los castillos de Pop y Tárbena, reteniendo para sí los de Al-Qalà (Benissili) y Pertputxent, con el compromiso de entregar en los tres años siguientes éste de Gallinera, junto con el castillo de Margarida y los de Cheroles y Castiel. En el año 1.248, durante la primera sublevación, el pacto de entrega del castillo de Benirrama no se cumple, y tras varios años de escaramuzas y asedios, el rey Jaime I toma el castillo el 1 de junio de 1.258, entregándolo a su señor feudal Ato de Foces, quien dos años más tarde lo cede a su hijo Eximen de Foces, al que se le embarga por Jaime I en favor de su hijo Pedro Ferrando, hijo natural del rey aragonés.

 En abril de 1.273 se entrega el castillo a Berenguer de Latera, por débitos al rey y, por idéntica causa, tres meses después a don Pedro Diego Muñoz. En el año 1.275 de nuevo se embarga a favor de Mateo de Montreal, quien inicia algunas mejoras en sus defensas, un aumento de guarnición y control de avituallamiento. Al año siguiente, se reparten armas en el castillo, y Armando de Armentera lo inspecciona en nombre del rey aragonés por ver si está dispuesto para la guerra, conocido ya el nuevo alzamiento del caudillo Al-Azraq contra las tropas y puestos cristianos.

 Establecida la paz en el año 1.279, la fortaleza pasa al control de Bernardo de Peñaflor. En 1.282 es su alcaide Rodrigo Jiménez de Luna y en el 1.283 toma su control de nuevo Mateo de Montreal. En el año 1.322 el rey Jaime II de Aragón lo dona a su hijo, el infante Pedro, y es durante la Guerra de los Dos Pedros cuando el castillo es conquistado por los castellanos, y posteriormente, en el año 1.356, se recupera para el Reino de Valencia por Juan Mercer. Es en 1.417 cuando el rey Alfonso V lo dona a su hermano don Juan. El terremoto del año 1.644 arruina gran parte de la construcción, que por entonces llevaba ya muchos años deshabitada.

 Ambas fortalezas fueron construidas para este fin: el control de gentes y tropas enemigas por el Vall de Gallinera.

 Históricamente han participado en los mismos hechos de armas relacionados con los pueblos de este valle, especialmente con las sublevaciones musulmanas y el posterior hecho de ser los últimos reductos de los moriscos después del decreto de expulsión de 1.609.

 En 1.396 se produjo un gran terremoto en el valle, y mientras que el castillo de Benisili casi no tuvo daños considerables, no sucedió lo mismo con el de Benirrama, que prácticamente quedó casi en ruinas, por lo que tuvo que ser reconstruido en el siglo XV, quedando en su actual aspecto.

 Con el problema morisco resulto tras su expulsión, ambos castillos fueron paulatinamente siendo abandonados, pasando sus moradores al valle, con la consiguiente entrada en desuso de ambos y su posterior desmantelamiento.

 Un posterior terremoto acaecido en el año 1.644 le hizo sufrir una gran devastación de la que no se llegó a recuperar, llegando sus ruinas hasta nuestros días.


Vista de las torres del castillo de Benirrama



Escudo de La Vall de Gallinera

 Estado actual:


Planta del Castillo de Benirrama


  Es un gran recinto fortificado de forma alargada que fue una de las más importantes del Valle de Gallinera. En él se define una zona o estructura principal en la cota más alta, con una Torre del Homenaje de planta rectangular y un aljibe.

 El castillo de Gallinera está documentado por las fuentes, y por ellas sabemos que en 1.244-1.245, cuando se firma el Tratado de Pouet entre el caudillo árabe Al-Azraq y el rey Jaime I de Aragón, el castillo ya existe y figura como uno de los que está en poder de Al-Azraq, que tiene que entregar al cristiano transcurridos tres años de la firma del tratado mencionado.

 Tenemos que fijar sus orígenes en años anteriores, pero con toda seguridad postcalifales, puesto que es total la ausencia de estas cerámicas entre los hallazgos arqueológicos en la cresta rocosa en la que se sitúa. Sin embargo, la presencia de muchos restos de cerámica vidriada color verde pálido por una cara y amarillo por la otra, típica del siglo XII, es una buena indicación para darle una cronología almohade. Con respecto a su final, éste viene claramente establecido por las fuentes documentales, cuando nos hablan de se arruinamiento debido a un terremoto a mediados del siglo XVII, aunque indican que ya se hallaba deshabitado desde inmediatamente después de la expulsión de los moriscos decretada en el año 1.609. No obstante, es de suponer que la etapa de máximo esplendor y utilización de esta fortaleza finalizaría en el siglo XIV, al final de la guerra que enfrentaron a Jaime I con el caudillo musulmán en las puertas de Alcoy, en la que murió Al-Azraq.

  Se trata de un magnífico castillo de forma alargada, cuyo eje mayor, orientado de noreste a suroeste, mide más de 150 metros por 33 metros de anchura máxima. El montículo, de difícil acceso por todas partes, presenta, no obstante, una zona rocosa muy abrupta por el oeste, siendo el lado este, abancalado y la zona de llegar hasta él con menos dificultad. Su fábrica principal es de mampostería irregular, que actúa como basamento, y sobre el que se elevan las hiladas de tapial de mortero de cal y gravas. Las construcciones defensivas están formadas por los siguientes elementos: todo el montículo se encuentra rodeado por un cinturón de murallas con torreones semicirculares. Presenta tres aljibes, uno en el extremo norte, lugar protegido por un lienzo de murallas que los aísla interiormente del resto; otro en la zona opuesta, aunque en situación menos extrema, y un tercero dentro del baluarte central. El citado baluarte recae hacia el oeste, constando de una zona rectangular protegida por nuevas construcciones que lo aíslan y le hacen ganar altura.

 La puerta, cubierta por una torre rectangular de mampostería, está construida en zonas de ladrillo rojo, que se abre por el lado este. Esta torre, y la muralla que de ella parte, estaba unida mediante un arco al lienzo de la izquierda, formando así un pasillo de entrada fácil de defender. En el extremo sur se alza una gran torre rectangular, que debió contar con varios pisos, conservándose el interior del primero de ellos, y la bóveda de medio punto que forma su techo y lo separa del siguiente, al que se accedería por una escalera de mampostería adosada al muro interior. Una pequeña sillería se empleó en los torreones y en las bases de sustentación de algunos contrafuertes, de clara cronología cristiana. En la muralla se utiliza una mala mampostería de piedra local en algunos sitios, mientras en otros se utiliza encofrado de piedra menuda, cal y arena.


 La factura predominante en el castillo la constituye la mampostería, con considerables lienzos realizados en “opus vitatum” en el frente de poniente. El resto está realizado en “opus incertum”. Existen restos de tapial en el muro de poniente, junto a la Torre del Homenaje. En este frente encontramos también un largo paño de muralla con remates de merlones.

 Sabemos que lo visible en la actualidad corresponde a una reconstrucción realizada en el siglo XV, pues el castillo de época islámica se destruyó totalmente con el terremoto de 1.396 y por tanto es casi imposible encontrar restos constructivos de su primera época.

 El sistema de construcción de muros con la disposición en “cremallera”, las puertas en recodo, etc., nos sugieren un origen para la fortificación de principios del siglo XII. Segura es su existencia a inicios del siglo XIII, pues aparece mencionado en el “Pacto de Pouet” (1.244), directamente relacionado con la figura de Al-Azraq, señor de Alcalá y la tregua firmada con Jaime I, rey de Aragón.


Galería fotográfica:




















Aljibe del castillo















Visita cursada el 20-05-18:


























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